El cáncer de cuello uterino o “cáncer cervical”, es una enfermedad que se genera por el
crecimiento anormal de células tumorales en los tejidos del cuello uterino. Según cifras
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el cuarto tipo de cáncer más
frecuente en las mujeres en todo el mundo, con una incidencia estimada de 604.000
nuevos casos y 342.000 muertes hasta el año 2020.
Por esta razón, se ha emprendido una estrategia global para reducción de los casos
fatales a través de la prevención, la detección efectiva y el tratamiento de las lesiones
precancerosas causadas por el Virus de Papiloma Humano (VPH) que se transmiten
principalmente por contacto sexual.
Sumándose a esta lucha mundial, el médico gineco obstetra del Grupo Médico Santa
Paula (GMSP), Carlos Hernández Castillo, resalta la importancia de la detección precoz
para poder curarla, aun cuando el cáncer no se puede prevenir.
“El cuello uterino es un órgano que está expuesto a la vista del médico y con un examen
bastante sencillo, a través de la colocación del espéculo, puede realizarse el diagnóstico
de cualquier lesión con facilidad. En cambio, hay muchos órganos cuya metodología de
exploración es indirecta, a través de una radiografía o un ecosonograma”, explica.
En ese sentido, el especialista es enfático al señalar que no existe un mecanismo para
predecir en qué momento una paciente va a tener cáncer en su vida y, por ello, mediante
un chequeo médico anual, la medicina abre la posibilidad de ofrecer un diagnóstico
precoz.
“Dentro de los métodos más directos para el diagnóstico está la citología, una muestra
que el médico toma de cualquier inflamación que observe en el cuello uterino y si esta
reporta células atípicas, se procede a una evaluación más profunda, como una
colposcopia, con la aplicación de algunos colorantes en el cuello que pueden destacar
más lesiones; finalmente la muestra de un tejido sospechoso, a través de una biopsia”,
describe Hernández.
Factores de riesgo
De acuerdo a la explicación del especialista, aunque el VPH está muy relacionado con
el cáncer de cuello uterino, no en todos los casos se corresponden ambas patologías. No
obstante, el riesgo incrementa después que las pacientes ejercen su función sexual y
después de los 20-25 años la curva de afectación incrementa.
“Las pacientes de alto riesgo son las solteras, que tienen múltiples parejas y a la vez
estos tienen otras parejas. Ese es el caldo de cultivo del VPH y de las lesiones pre
malignas. Mientras que, aunque no están exentas, tienen menor riesgo aquellas que
tienen una sola pareja estable”, asegura.
Otro de los mecanismos preventivos para esta enfermedad es la vacuna contra el VPH,
por esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica en su página web
que, para el año 2030, todos los países deben tener una cobertura del 90% de la
vacunación contra el VPH en niñas (a los 15 años). De hecho, algunos países
comenzaron a vacunar desde los 9 y 11 años.
“La vacuna hace que el sistema inmune esté preparado para rechazar esa infección o que
en caso de contagio, el daño no sea tan importante. Se recomienda que se aplique antes
de iniciar las relaciones sexuales en adolescentes masculinos y femeninos”, señala.
Actualmente la vacuna del VPH no está incluida en los esquemas sanitarios de
vacunación en Venezuela como en otros países, por esto es tan importante realizarse el
chequeo médico anual.
Conscientes de esta realidad, el GMSP pone a disposición un programa de salud
femenina que incluye consulta ginecológica, citología, colposcopia y ultrasonido a un
precio accesible.
Vida después del cáncer de cuello uterino
Hernández recomienda que luego de presentar lesiones malignas sigan con su vida
normalmente. “No es bueno etiquetar a la paciente, puesto que estadísticamente está
comprobado que, tanto lesiones de VPH o inflamatorias en el cuello uterino, son
tratables y no se complican si van una vez al año al médico”.
El GMSP cuenta con especialistas altamente calificados y con equipos de tecnología de
punta para lo referido a los exámenes de exploración anual, además de la colposcopia, o
estudio con lupa que permite ver mejor este tipo de lesiones; la toma de la citología,
biopsias dirigidas, y un equipo de anatomía patológica en donde se valida la existencia
de lesiones atípicas.
Hernández también destaca que, dependiendo del avance de la lesión, la clínica ubicada
en Caracas cuenta con oncólogos, médicos y cirujanos que hacen el tratamiento
complementario de radiación o quimioterapia dependiendo del caso de cada paciente.
Acudir a un control anual ginecológico permite diagnosticar y/o tratar tempranamente
este tipo de patologías. De allí que, GMSP ha dispuesto planes para la mujer, que
incluyen examen físico integral y pruebas para descartar la presencia de enfermedades,
como el síndrome de ovarios poli quísticos, infecciones por VPH, cáncer de cuello
uterino entre otras. Para más información, escribir vía WhatsApp al 0414 / 0424/ 0412
CLINICA (2546422).
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